lunes, 31 de octubre de 2011

Las Crónicas desde El Rastrillo. Trabajo en equipo.


Más de uno (y de una) os habréis preguntado ¿cómo se puede montar un tinglado tan grande como el Rastrillo con personas voluntarias?
Pues bien la receta para conseguirlo es: compromiso, trabajo en equipo y organización (mucha organización)
El gran equipo de voluntarias y voluntarios se divide en grupos para la gestión de cada uno de los 30 stand que forman el Rastrillo. Así, como cualquier profesional que se precie, todos se especializan en aquello que van a ofrecer a los clientes. Cada grupo tiene su jefe que distribuye las tareas, reparte horarios y se encarga de cubrir las ausencias imprevistas. Ah! y, como buen jefe, también tiene la responsabilidad de resolver las cuestiones difíciles o problemillas que pueden surgir. Se sienten tan identificados con sus secciones, que ellos mismos se encargan de atraer más voluntarios, entre sus familiares y amigos, para que sigan manteniendo su stand. (Esto no impide que si tú, lector o lectora, te animas, te puedas acercar hasta la sede de la Fundación Ozanam y te apuntes para la próxima edición).
Muchos de estos voluntarios y voluntarias trabajan todo el año para preparar el rastrillo. Al menos 200 personas se reunen en distintos locales de la Fundación para clasificar los objetos donados, repararlos, limpiarlos, coserlos, o hacer lo que sea necesario para que estén listos cuando llega el momento de ofrecerlos al público. Otros elaboran los materiales que se van a vender, como la ropa del stand de ropa blanca, la bisutería o los muñecos.
¿A que es un gran trabajo?
No hay que olvidar la labor de los profesionales de la Fundación que tienen la gran responsabilidad de la organización general de este gran evento y de estar controlando hasta los detalles más pequeños para que todo se desarrolle a la perfección.
Con todo este esfuerzo, ¿no crees que merecen tu visita? ¡No lo dudes! Recuerda, en la Multiusos hasta el próximo domingo.

No hay comentarios :