miércoles, 2 de noviembre de 2011

Crónicas desde el Rastrillo. Solidaridad en cadena.


Puede que todavía no lo sepas, pero seguro que en algún rincón de tu casa quedaría de maravilla un mueble antiguo. En el Rastrillo Aragón encontrarás mucho donde elegir si visitas “la alcoba de la abuela”. Apunta bien, porque quién sabe si ese baúl que te gusta surcó los mares con algún pirata, o si esa mesa formó parte del salón del conde más importante de su época.
La Fundación Federico Ozanam ha podido contar con todas estas piezas gracias a las donaciones de numerosos colaboradores primero y al trabajo de restauración de un singular equipo después.
Os vamos a contar una curiosa historia que demuestra que la solidaridad es un ejercicio de ida y vuelta.
Hace cuatro años, desde la cárcel de Zuera se pusieron en contacto con la Fundación Ozanam para pedirles apoyo en un taller de restauración y tapizado de muebles que estaba a punto de cerrarse por falta de medios. La entidad consideró que era un proyecto que se podía enlazar perfectamente con el Rastrillo y les proporcionó máquinas de coser, telas y los muebles para restaurar que después se empezaron a vender, con gran éxito, en el Rastrillo.
Así, en el Taller de Tapicería y Restauración de la Cárcel de Zuera llevan cuatro años trabajando para lograr el mejor resultado en cada mueble.
Si al final adquieres alguno de ellos podrás decir con orgullo que tu mueble, además de bonito, ha hecho historia favoreciendo la inserción, la formación y el empleo.
Y la historia continúa porque, a partir de esa enriquecedora experiencia, también han llegado hasta el Rastrillo objetos del taller de cerámica de la cárcel y se tiene previsto contar con plantas del taller de jardinería.
Con frecuencia, los reclusos que participan en estos talleres, cuando llegan al tercer grado, entran en los programas sociales y formativos de la Fundación.
¡Impresionante cadena de solidaridad la que se inicia con un simple gesto: la donación de un mueble a la Fundación Federico Ozanam!

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