martes, 17 de junio de 2014

Del Rastrillo a la enseñanza de español

Mi nombre es Marisol Garcia de Castro y llevo mucho tiempo como voluntaria del Rastrillo Aragón. Desde siempre he conocido la labor social que realiza la Fundación Federico Ozanam atendiendo las necesidades de aquellos que se encuentran con graves dificultades, tanto socio económicas como asistenciales. 

A lo largo de todos estos años, como voluntaria y coordinadora del Rastrillo Aragón, he podido constatar por mi misma la importancia que tiene la acción del voluntariado para que la Fundación pueda llevar a cabo los programas de su extensa obra social. Yo conocía las distintas formas de voluntariado que podían realizarse dentro de la Fundación, pero siempre seguía centrada en el Rastrillo. 

Un buen día, de pronto, sentí que podía hacer algo más por aquellas personas que tanto nos necesitan y que después de atender mis obligaciones profesionales o cotidianas, todavía podía estirar mi tiempo libre para ayudar allí donde hiciera más falta. Soy licenciada en filología hispánica, y por eso me sentí muy atraída en colaborar con la formación e integración social de aquellas personas que vienen de un país extranjero y se encuentran con la dificultad del idioma, de la cultura, etc. Fue así como me planteé este reto solidario, convencida de que estos pequeños gestos pueden cambiar toda una vida