Era 1987 cuando se celebró el primer Rastrillo Aragón. Unas 30 voluntarias, gracias a su compromiso y esfuerzo, recaudaron siete millones de pesetas para construir el primer centro de mayores de la Fundación Federico Ozanam. 35 años después, el espíritu sigue siendo el mismo. Incluso el año pasado, que debido a la pandemia lo sustituimos por una campaña de captación de fondos, pudimos sentir el respaldo de los zaragozanos, que mediante sus donativos y comprometiéndose como socios, nos ayudaron a mantener la importante labor social que llevamos a cabo.
Y es que el Rastrillo Aragón, año tras año, cumple con el doble objetivo de recaudar fondos para los proyectos deficitarios de la fundación y movilizar a la ciudadanía zaragozana para trabajar todos juntos en aras de una sociedad más justa, preocupada y resuelta ante los problemas de las personas más vulnerables.
Son muy numerosos los proyectos a los que hemos destinado la recaudación, desde ampliar y construir nuevos centros para mayores a crear un centro sociolaboral donde desarrollar programas de formación ocupacional, o una agencia de colocación donde proporcionar orientación personalizada en la búsqueda de empleo, siempre adaptándonos a las necesidades sociales del momento.